Gobernanza del agua: ¿por qué es importante?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2015) la define como el abánico de reglas, prácticas y procesos (formales e informales) políticos, institucionales y administrativos a través de los cuales se toman e implementan decisiones. En un esquema de gobernanza, los intereses de los actores son tomados en consideración, y los tomadores de decisiones rinden cuentas sobre su gestión. 

Pero, ¿qué podemos lograr con una gobernanza eficiente del agua? Si bien, se han dado pasos importantes, la participación ciudadana no está completamente integrada; con una buena gobernanza lograríamos una mejor cohesión del uso eficiente y responsable del agua, así como su conservación.

Estamos sorteando retos hídricos que hoy, y en el futuro, requieren políticas públicas integrales orientadas a objetivos medibles, planeados a diferentes escalas y alcances; entre los diferentes niveles de autoridades del sector público, sector privado, académico y social. 

La crisis de seguridad hídrica, permitió poner que el agua fuese parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, para garantizar la disponibilidad y gestión del agua, porque: 

  • Los servicios de agua deben ser catalogados como servicios públicos básicos y esenciales. (ODS 1)
  • Los operadores de agua contribuyen a la salud y bienestar de la sociedad, brindando agua limpia, accesible, asequible y segura. (ODS 3, 14 y 15).
  • El impacto del cambio climático en el ciclo del agua está directamente vinculado con las fuertes sequías y variación en la distribución de lluvias, lo cual ocasiona una reducción de recursos hídricos y naturales. (ODS 13)
  • Sin agua no habría asentamientos humanos sostenibles (ODS 11).
  • El sector del agua es uno altamente tecnificado, con infraestructuras resilientes e innovdoras, (ODS 9).

Con esto, debemos entender que la gobernanza del agua no es el fin en sí mismo, sino un medio para un fin. La podemos percibir como una metodología que contribuye al diseño e implementación de las políticas responsables para cosechar beneficios ambientales, sociales e incluso sociales a partir del buen uso del agua.

Con la intención de crear estas políticas, la OCDE ha desarrollado los siguientes principios de gobernanza, con base a tres dimensiones:

  • Eficacia, que se refiere a la contribución de la gobernanza en definir metas y objetivos sostenibles y claros de las políticas del agua en todos los niveles de gobierno, en la implementación de dichos objetivos y en la consecución de las metas esperadas.
  • Eficiencia, relacionada con la contribución de la gobernanza en maximizar los beneficios de la gestión sostenible del agua y el bienestar, al menor coste para la sociedad.
  • Confianza y participación, que están relacionadas con la contribución de la gobernanza en la creación de confianza entre la población y en garantizar la inclusión de los actores a través de legitimidad democrática y equidad para la sociedad en general.

Más que un sector, el agua como recurso tiene características que lo hace altamente sensible a la gobernanza:

  • El agua vincula actividades, usuarios, regiones y sectores, con importantes diferencias temporales y espaciales, y en dónde los límites administrativos y naturales no necesariamente coinciden.
  • La gestión de los recursos hídricos requiere importantes inversiones de capital, donde la coordinación intersectorial y multiusuarios con visión a largo plazo es esencial.
  • La política del agua está estrechamente vinculada a temas transversales como el desarrollo económico y regional, el bienestar social, el medio ambiente, la alimentación y energía entre otros.
  • La gestión del agua tiene una naturaleza policéntrica, asociada a las características específicas de cada cuenca o acuífero, y su efectividad requiere necesariamente del real compromiso de los involucrados.

Hacer frente a los desafíos del futuro en materia del agua plantea no sólo qué hacer, sino también quién es responsable de hacerlo, por qué hay que hacerlo, a qué nivel de gobierno y cómo. ¿Cómo podemos alcanzar una buena gobernanza de agua? Ya hablamos de sus principios, se recomiendan aplicar los pilares: información, participación y colaboración, para llegar a acuerdos entre los distintos sectores que se  benefician de este recurso hídrico, para que así podamos alcanzar un futuro con agua para todos, ya que sin agua no podemos tener calidad de vida.

Fuentes:

  • https://www.tncmx.org/content/dam/tnc/nature/en/documents/mexico/Dialogo3_policy_brief.pdf
  • http://www.fundacionconama.org/wp-content/uploads/2022/04/informe-gobernanza-agua.pdf
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Sistemas de captación de agua de lluvia una propuesta para la reutilización sostenible del agua

El agua de lluvia ha sido desde siempre un recurso básico para la humanidad y es por ello que existen muchos registros de civilizaciones que a lo largo de la historia han recurrido a ellas.

Desde sus comienzos, la humanidad ha aprovechado el agua superficial como primera fuente de abastecimiento, consumo y vía de transporte, por ello el valle de los ríos es el lugar escogido para establecer civilizaciones, allí aprendimos a domesticar los cultivos y con ello encuentra la primera aplicación al agua lluvia; pero no depende directamente de ella para su supervivencia debido a la presencia permanente del agua superficial. Cuando las civilizaciones crecieron demográficamente y algunos pueblos debieron ocupar zonas áridas o semiáridas del planeta comenzó el desarrollo de formas de captación de aguas lluvias, como alternativa para el riego de cultivos y el consumo doméstico.

Hoy en día, sabemos que estos sistemas tienen ciertas ventajas: son un ahorro de energía, ya que se evita todo el proceso de extracción, sistema de distribución y bombeo para su transporte al área de suministro y el tratamiento requerido para garantizar la calidad adecuada para el uso doméstico es relativamente barato ya que se consideran aguas limpias en comparación con otras aguas dulces.

Te contamos más de estas civilizaciones y cómo aprendieron a aprovechar el agua:

Los chultunes del Imperio Maya, el impluvium romano, los aljibes árabes o los milenarios shuijiao en China son algunos de los ejemplos que mejor ilustran como culturas muy diferentes han empleado diferentes técnicas de aprovechamiento de aguas pluviales con el objetivo de solucionar la falta de agua (Fernández, 2009).

En el Desierto de Negev, en Israel y Jordania, han sido descubiertos sistemas de captación de agua de lluvia que datan de 4.000 años o más, estos sistemas consistían en el desmonte de lomeríos para aumentar la escorrentía superficial, que era entonces dirigida a predios agrícolas en las zonas más bajas

En las zonas altas de Yemen donde las lluvias son escasas, se encuentran edificaciones (templos y sitios de oración) que fueron construidas antes del año 1.000 a.C., que cuentan con patios y terrazas utilizadas para captar y almacenar agua lluvia.

Cisterna a cielo abierto para la recolección de agua lluvia. Yemen. Fuente: LAUREANO, Pietro.

Durante la República Romana (siglos III y IV a.C.) la ciudad de Roma en su mayoría estaba ocupada por viviendas unifamiliares denominadas “la Domus” que contaba con un espacio principal a cielo abierto (“atrio”) y en él se instalaba un estanque central para recoger el agua lluvia llamado “impluvium”, el agua lluvia entraba por un orificio en el techo llamado “compluvium”. En Loess Plateau en la provincia de Gansu en China existían pozos y jarras para la captación de agua lluvia desde hace más de 2.000 años. En Irán se encuentran los “abarbans”, los cuales son los sistemas tradicionales locales para la captación y almacenamiento de aguas lluvias.

Sistema Impluvium. Fuente: https://www.pinterest.com.mx/marlado/

En Centroamérica se conoce el caso del Imperio Maya donde sus reyes sostenían a sus pueblos de modos prácticos, ocupándose de la construcción de obras públicas. Al sur de la ciudad Oxkutzcab (estado de Yucatán) en el pie de la montaña Puuc, en el siglo X a.C. el abastecimiento de agua para la población y el riego de los cultivos se hacía a través una tecnología para el aprovechamiento de agua lluvia, el agua era recogida en un área de 100 a 200 m2 y almacenada en cisternas llamadas “Chultuns”, estas cisternas tenían un diámetro aproximado de 5 m, y eran excavadas en el subsuelo e impermeabilizadas con yeso. En Cerros, una ciudad y centro ceremonial que se encuentra en el actual Belice, los habitantes cavaron canales y diques de drenaje para administrar el agua de lluvia y mediante un sistema de depósitos, estos permitían que la gente permaneciera en la zona durante la estación seca cuando escaseaba el agua potable (año 200 d.C.). En otras zonas de las tierras bajas, como en Edzná, en Campeche, los pobladores precolombinos de esta ciudad construyeron un canal de casi 50 m de ancho y de 1 m de profundidad para aprovechar el agua de lluvia, este canal proporcionaba agua para beber y regar los cultivos.

Chultuns. Fuente: https://www.mayas.uady.mx/articulos/sequia.html

Siglos después el uso de los sistemas de aprovechamiento de aguas lluvias decreció debido a la imposición de métodos y obras para la utilización del agua superficial y subterránea (presas, acueductos, pozos de extracción y sistemas de irrigación). En la península de Yucatán se dejo de lado el aprovechamiento de agua lluvia debido a la invasión española en el siglo XIV, los españoles colonizaron los territorios introduciendo otros sistemas de agricultura, animales domésticos, plantas y métodos de construcción europeos. Una situación similar sucedió en India con la colonización Inglesa, que obligó a los nativos a abandonar las metodologías tradicionales.

En el siglo XIX y XX las ciudades de la mayoría de los países experimentan un gran crecimiento, realizando el suministro de agua a la población por medio de la acumulación de agua superficial para luego ser distribuida por una red centralizada de acueductos. En otras ocasiones se acudió a la explotación del agua subterránea. En cualquiera de los casos se elimina la posibilidad de sistemas de aprovechamiento de agua lluvia u otros sistemas alternativos.

A comienzos del siglo XXI la situación es diferente, en muchas regiones semiáridas del mundo se establecieron poblaciones que se desarrollaron de manera vertiginosa, ejerciendo presión sobre las fuentes finitas de agua. En periodos secos el agua no es suficiente para el abastecimiento de estas poblaciones, y se dan conflictos sociales por la escasez de agua y/o sus altos costos.

 

Fuente: https://sswm.info/sites/default/files/reference_attachments/BALLEN%20et%20al.%202006.%20Historia%20de%20los%20sist%20de%20aprovechamiento%20agua%20lluvia.pdf

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